Jornada a sala completa en el Auditorio Edgar Neville que giraba alrededor de la guitarra y de la orquesta, con acentos hispanos. Daniel Casares y la Orquesta Filarmónica de Málaga, ésta conducida por Arturo Díez Boscovich y aquél en calidad de solista como asimismo compositor. Iniciaba el programa el ‘Concierto de Aranjuez’, de Joaquín Rodrigo, para guitarra y orquesta, seguido sin intermedio por ‘La luna de Alejandra, pieza en cuatro movimientos, también para guitarra y orquesta de Daniel Casares, solista al igual que en el anterior ‘rodrigo’.
Explicando en 1999 Joaquín Rodrigo su ‘Concierto de Aranjuez’, decía «aunque concierto es una pieza de música pura, sin programa musical alguno, al situarlo en Aranjuez quise señalarle un tiempo: finales del siglo XVIII y comienzos del XIX, cortes de Carlos IV y Fernando VII, ambiente sutilmente utilizado de majas y toreros, de sones españoles». En opinión de Casares -lo hemos leído en la prensa-, está convencido que el ‘Concierto de Aranjuez’ lo hizo Rodrigo «para un guitarrista flamenco o con un punto de vista musical muy español». El estreno, recordemos, lo fue en Barcelona el 9 de noviembre de 1940 con Regino Sainz de la Maza a la guitarra, dedicatario del mismo, dirigiendo el maestro César Mendoza Lacalle a la Orquesta Filarmónica de Barcelona.
Anteanoche, Daniel Casares superó sobradamente las dificultades que encierra este ‘Aranjuez’ con limpia ejecución, virtuosismo y expresividad. Fue una lástima, en nuestro criterio, el excesivo volumen en la amplificación del sonido -por supuesto que admitida- y que minimizaba el buen trabajo de la OFM. Alegría rítmica en el ‘Allegro con spirito’ al que sigue el conocidísimo ‘Adagio’, delicado el corno inglés en su diálogo con la guitarra y retornando el ritmo vivo y las cadencias populares en el último ‘Allegro gentile’.
Muchos aplausos al término de cada uno de los tres tiempos, más sostenidos a la conclusión de la obra, y se pasó a ‘La luna de Alejandra’, con Daniel Casares, autor y solista, a la guitarra.
‘La luna de Alejandra’ es, que sepamos, la primera obra sinfónica de Daniel Casares y se mueve con estilo y ritmos del flamenco, que tan bien conoce y transmite. Esos cuatro movimientos de que consta han sido orquestados por Arturo Díez Boscovich con gran brillantez, buscando efectos -están logrados-, sin olvidar protagonismo en momentos significativos, pues no se limita al mero acompañamiento. La actuación de Díez Boscovich a lo largo de todo el programa exhibió seguridad y dominio sin ningún titubeo. Fue también muy celebrado y compartió el éxito con Daniel Casares, Miguel Ortiz ‘Nene’, que tocó el cajón flamenco, y la totalidad de profesores de la Orquesta Filarmónica de Málaga.
Fuente: Diario Sur